La venganza representa una de las formas más destructoras de la violencia humana y ofrece así, un terreno privilegiado para estudiar dicha violencia por ella misma. Para el psicoanálisis, la perversión es la organización psíquica que ilustra de la manera mas clara como nace el deseo de venganza en el psiquismo humano. Sin embargo su objetivo es paradójico. Es lo que he intentado poner de relieve en mis últimos libros intitulándolos : La perversión, vengarse para sobrevivir (Bonnet, 2008). Puesto que si el perverso se interesa a la venganza es para sobrevivir y hacer contra peso a otra violencia, mortífera y peligrosa de otra manera que amenaza desde adentro sin descanso. El perverso hace contrapeso a esta violencia de muerte interesándose a todas las facetas de la venganza ; y es importante de identificarlas para desamorzar los peligros inmediatos. Nos apercibimos que se interesa a esta violencia de sobre vivencia de dos maneras : o atacándose a otros que el trasforma en objetos, ello en las perversiones las más graves. Cuando el sujeto esta enteramente bajo la influencia de la dialéctica de la venganza, o interesándose contra su propia voluntad a una u otra faceta de la venganza de manera a que ella sea contenida de sus consecuencias por el otro : ello va del don juanismo al machismo o al fetichismo ; pasando por todas la modalidades del narcisismo o del boyerismo que hoy en día aprovechan.
El mito de Narciso es un mito original que describe la procedencia de los deseos visuales y de sus avatares, relatando cómo cada adolescente accede al descubrimiento y la consideración de la belleza que lo habita. La leyenda de Marina, narrada y comentada por C. Louis-Combet en su novela Marinus et Marina, ilustra lo anterior desde un punto de vista femenino, subrayando aún más el necesario papel que desempeñan los demás en el proceso y en sus dos momentos esenciales : el de la interiorización –a la muerte de la madre, en referencia al padre– y el de la apropiación propiamente dicha –a la muerte del padre, en relación con otra mujer–. Resulta entonces que la asunción de la belleza pasa por la del propio sexo y supone un retorno hacia una experiencia estética primera donde la madre ocupa una posición central.
La ruta de este retorno pasa siempre por un cruce del que surge una prueba aún más delicada, a saber el encuentro con el sexo opuesto. Para soportar dicho encuentro y transformarlo en una prueba fecunda, es preciso vivir de una u otra manera la experiencia de lo sublime. De ahí que el adolescente busque con tanto ahínco experiencias de ese tipo; de ahí también que las dismorfofobias sean tan frecuentes, al igual que ciertos rasgos hermafroditas o los diversos comportamientos de disfraz (travestissement). Todo ello demuestra las dificultades inherentes al proceso y los rodeos que implica. Sobre todo cuando se producen acontecimientos particularmente perturbadores : separaciones brutales, lutos precoces, revelaciones intempestivas en torno a los orígenes, etc. Basarse en las condiciones específicas de cada paciente permite ayudarle a ubicarse mejor.
El autor se apoya sobre una obra precedente ; la cual, da cuenta del lugar que ocupa el remordimiento en el análisis de un adolescente que se había vuelto asesino para releer y reinterpretar la plaza de éste sentimiento en los textos en los que Freud habla de su autoanálisis. El autor dejará lugar a una teoría implícita apenas esbozada y suliñará en particular, la faceta activa y positiva de éste sentimiento que muy a menudo es presentado como una tara. Enseguida ; nos mostrará, las diferentes facetas por las que puede pasar el remordimiento en la clínica del adolescente a partir de las principales caracteristicas que han sido puestas en evidencia en análisis precedentes de manera a facilitar la identificación, el tratamiento y la evolución. Este estudio, también pretende contribuir a una mejor diferenciación de los afectos mayores y a mostrar como pocisionarse cuando uno de ellos parecerá central o dominante que se trate de la verguenza, de la culpabilidad, de la trizteza o del remordimiento.
Hoy en día, el exibicionismo pornográfico colectivo ha tomado el lugar del exibicionismo individual de tiempos remotos y nos pone delante de un nuevo desafio. En efecto, asistimos a una invasión de imágenes inspiradas de las películas pornográficas, las cuales estan de más en más al alcance de los niños y adolescentes : Mientras que la entrada en la sexualidad adulta, supone una elaboración imaginaria, dónde el pudor ocupa un lugar capital ; Dichas exibiciones pueden cortocircuitar la trayectoria del deseo. El autor nos explica
que esta confrontación se ha convertido de algúna manera en un rito iniciático para los jóvenes, que es el principal, en materia de sexualidad. Asi mismo, el autor muestra las dificultades que conlleva y a partir de sus conocimientos sobre el exibicionisme, trata de mostrar algunas pistas para acompañar a los más frágiles.
En lugar de refugiarse en la corriente represiva que no haría más que intensificar el fenómeno, nos invita a tomar conciencia de nuestra responsabilidad colectiva y a reconsiderar nuestra concepción de la sexualidad bajo la luz de la creatividad humana.
Hoy en día, el exibicionismo pornográfico colectivo ha tomado el lugar del exibicionismo individual de tiempos remotos y nos pone delante de un nuevo desafio. En efecto, asistimos a una invasión de imágenes inspiradas de las películas pornográficas, las cuales estan de más en más al alcance de los niños y adolescentes : Mientras que la entrada en la sexualidad adulta, supone una elaboración imaginaria, dónde el pudor ocupa un lugar capital ; Dichas exibiciones pueden cortocircuitar la trayectoria del deseo. El autor nos explica
que esta confrontación se ha convertido de algúna manera en un rito iniciático para los jóvenes, que es el principal, en materia de sexualidad. Asi mismo, el autor muestra las dificultades que conlleva y a partir de sus conocimientos sobre el exibicionisme, trata de mostrar algunas pistas para acompañar a los más frágiles.
En lugar de refugiarse en la corriente represiva que no haría más que intensificar el fenómeno, nos invita a tomar conciencia de nuestra responsabilidad colectiva y a reconsiderar nuestra concepción de la sexualidad bajo la luz de la creatividad humana.
Es a penas, después de alrrededor medio siglo, que la filosofía y las ciencias humanas consideran la mirada por sí misma, y estudian su presencia y su acción en la vida actual y en la historia. Basandose en investigaciones recientes de los historiadores de mentalidad. El autor sigue paso a paso la manera en que se desarrolla la emergencia de dicho interés de manera de hacer sobresalir la especificidad de la noción freudiana correspondiente.
El nos muestra enseguida, como la psicoanálisis a llegado progresivamente a situar la mirada en el seno de los objetos que rigen nuestra vida inconsiente. A veces confundida con el sexo, con una instancia del super ego o tutelar a este, o con un objeto parcial. Habría que fefinir, como la señal precursora del mensaje enigmatico condensa el centro sexual del mensaje propulsando al sujeto a darle cuerpo de una manera u otra.
El adolescente que ataca su propio cuerpo, muy a menudo, anda encerrado en una lógica de doble de la cual trata de protegerse y salir. Ello presenta la ventaja de mantener la ilusión de poder, resentido cuando era niño, y proyectarla en el otro con la violencia que la acompaña, y fijar esta última, revolviendola contra sí mismo de manera dirigida y limitada. Las automutilaciones que el adolescente se inflige constituye testimonios reales de la ilusión necesaria para construirse. El interés de la obra como el Trovero de Verdi, es de hacernos acceder a un escenario mítico sobre el cual se apoya ese tipo de comportamiento y de abrir una vía a su análisis. Descubrimos particularmente, como la automutilación constituye en el caso de algúnos adolescentes un rito de iniciación y de paso, gracias al cual, se afrontan a un doble mítico ; en un primer tiempo a través ellos pero guardando la posibilidad de desenmascararlos.
El término de conversión que fué propuesto por Freud de manera temprana designa el paso de una expresión psíquica a su manifestación somática. El autor nos hace acordar por que el propone una concepción más larga ; haciendo de la capacidad de conversión una potencialidad intrinseca al sintoma como una estructura. Enseguida nos habla del estatuto de esta noción durante la adolescencia. Pués no solalmente asistimos a conversiones clásicas en el sentido restringido si no también a conversiones de largo camino que impone un rasgo de la conversión entendida en su largo sentido. Todo ello, sera comentado a partir de un caso de soliloquio transitorio que ya fué propuesto en un artículo sobre la verguenza, la cual se acerca a una conevrsión de tipo filosófica o religiosa. Es la ocasión de señalar el rol que juegan succesivamente los ideales, el afecto, el fantasma, « el otro extranjero » y sobre todo de precisar en que consiste la capacidad de conversión. Se trata de lo que asegura el tratamiento de las seducciones precoces ; asi como la reacción que consigue, lo que dá al sujeto, la capacidad de regresionar y de rebondir, de encerrarse y de abrirse indispensable a su ancrage en el universo en el que le toca vivir.
El autor analiza varios artículos y obras que se han consagrado al rol capital de la mirada en las diferentes relaciones humanas. El nos resume las principales enseñanzas y nos hace compartir su decepción a la ausencia de concertación e intercambio que los caracteriza cuando se trata de un sujeto particularmente conflictual. Ello se debe sin duda alguna al hecho que no se tiene suficientemente cuenta de los aportes de J. Lacan en lo que respecta a la diferencia entre el ojo y la mirada.
No se puede amar a los otros si uno no comienza a amarse así mismo ello la psicoanálisis lo traduce de otra manera, haciéndonos acordar que el narcisismo es un prelávale indispensable a toda relación. Se puede decir la misma cosa alrededor del sexo a propiamente hablar. El sujeto humano, no puede amar el sexo del otro y afrontar la diferencia que el representa a todos los niveles de la existencia si este no comienza por amarse y querer su propio sexo a la vez como un objeto genital, pulsional e ideal. Ello supone que sea provocado y reconocido por el adulto y que guarda la posibilidad de separarse regularmente de ello de manera a afirmarse a partir de su premier deseo.
Revue semestrielle de psychanalyse, psychopathologie et sciences humaines, indexée AERES au listing PsycINFO publiée avec le concours du Centre National du Livre et de l’Université de Paris Diderot Paris 7