DI ROCCO VINCENT: « NO QUISIERA MORIR ANTES DE HABER PROBADO EL SABOR DE LA MUERTE »

Con una clínica específica como punto de partida, basada en fragmentos y en unos encuentros improbables con un adolescente que vivía un período marcado por un proceder peligroso en un contexto violento antes de llegar a ser un profesional del esquí extremo, nos aproximaremos a la cuestión de la muerte en el período de la adolescencia pero no dentro del marco de una reflexión sobre la muerte o el duelo sino como figura fundamental de lo irrepresentable organizando procederes y prácticas arriegadas en la adolescencia. En este acercamiento, la muerte reúne las figuras de lo ineluctable y de lo aleatorio enfrentándose al mismo tiempo con lo irrepresentable de su propia muerte. De ahí una lectura renovada del planteamiento clásico del riesgo a través de la idea de conducta ordálica, con valor de prueba narcicista, para acercarnos a la idea de la toma de riesgo considerada como un intento de poner en escena una relación íntima con la muerte, lo irrepresentable de la propia muerte de uno. Esta dinámica se dibuja en una clínica del instante donde lo que se vive en el propio acto no encuentra su salida en la realización de dicho acto. Se trata pues de un intento confuso de expresar, viviéndola, una cosa vivida que quedó errática.