Archives de catégorie : ESP – Psicosis y estados limites 2015 T. 33 N°4

Claire Squires : las desarmonías en el niño : identidades complejas y múltiples

En el momento en que las desarmonías del niño son integradas a los desordenes del espectro autístico, conviene de interrogarse sobre el ligar que debe acordárseles en la psicopatología. Estos niños, inicialmente frágiles si benefician de un tratamiento precoz pueden recuperar fácilmente de las dificultades las cuales son masivas al inicio. Esto sugiere del interés de un despistaje precoz de esas patologías aliando los conocimientos del desarrollo del conocimiento psíquico y de las teorías intersubjetivas.

Adolescence, 2015, 33, 4, 779-788.

Bernard Golse : los estados limites en el niño y el adolescente

El concepto de estado límite es heredero de conceptos de la heterocronía del desarrollo (A. Freud) y de desarmonía evolutiva (R. Misès). Hoy en día lo encontramos bajo el término de MDD (Multiple Developmental disorder) en el niño y en el adolescente y los MSDD (Multi-System Developmental Disorder) ; tal vez, ellos son el signo precursor en un niño pequeño. La pregunta que se hace es. ¿Cuales la continuidad entre las distorsiones interactivas iniciales del bebé y las patologías limites durante la adolescencia ?

Adolescence, 2015, 33, 4, 771-778.

Philippe Givre : entre auto-alteración de sí y permanencia de identificación

En el centro del proceso adolescente, encontramos, en la concepción de P. Aulagnier, un fenómeno fundamental « de auto-alteración de sí ». De hecho, lo primordial a todo proceso adolescente es de beneficiar de un número de puntos de enclaves estables y susceptibles de garantizar la permanencia y la fiabilidad de identidad. Solo la confianza que surge de ello autorizara la apertura de la multiplicidad de posiciones de identificación, y todo ello, sosteniendo la tolerancia del sujeto a las « auto-modificaciones de sí ».

Adolescence, 2015, 33, 4, 741-770.

Piera Aulagnier : construirse un pasado

El autor analiza las condiciones que permiten que la entrada de la adolescencia se dé conjuntamente con un acceso a un orden temporal que preserva el sujeto de una confusión de tiempos propia de la psicosis. Ello no es posible únicamente cuando el Yo en el transcurso mismo de su infancia, ha podido constituirse un fondo de memoria en el cual van a ser preservados ciertos elementos, momentos y etapas de su propia historia libidinal. Este fondo de memoria es como un capital de fantasías y el yo debe poder disponer libremente con el fin que su memoria quede dotada de ese poder emocional sin el cual todo nuevo encuentro seria desposeído de todo poder de satisfacción y sufrimiento.

Adolescence, 2015, 33, 4, 713-740.