DANIEL OPPENHEIM : EL ADOLESCENTE CANCEROSO Y LA BELLEZA

El adolescente, sometido a la fealdad inherente al cáncer y a la muerte posible, precisa hallar de nuevo la belleza del mundo y la suya propia, para salir de la alienación causada por la experiencia del cáncer y afirmar que la muerte no ha impuesto su ley inhumana, independientemente de que el paciente alcance o no la curación. La búsqueda de su belleza ocurre al dejar de implicarse en los signos visibles del cáncer, mediante el redescubrimiento de su identidad, los diversos actos de creación, la afirmación de la unicidad de su presencia en el mundo. Empero, él o ella no puede lograrlo solo(a). Debemos, mediante nuestra mirada y nuestra escucha auténticas, descubrir su belleza y la nuestra.